jueves, 8 de noviembre de 2012

Todo está perdonado, de Rafael Reig




Grata sorpresa que me llevé con este autor. Todo lo que había oído y leído de él eran parabienes, pero ya se sabe que los gustos son, como decía Harry el sucio, como los culos: todos tenemos uno.

Por no empezar por la última, cosa que no me gusta nada desde que lo hice con Petros Márkaris, me lancé a por "Todo está perdonado". Como en La Odisea, lo importante no es el destino, sino las aventuras del camino. Y con esta novela a mi me ha ocurrido lo mismo. El final es lo de menos. No es que sea malo o bueno, sino que es tan importante el camino que se recorre para llegar a él, que es lo que menos te importa.
Revivir cosas como las meriendas de Nacho, con el famoso helicóptero, también ha sido muy agradable (aunque yo soy más joven, también aterrizaba en los patios de los colegios de la televisión, también mirábamos fijamente cuando pasaba un helicóptero, para ver si era el de la margarina).

Una muerte lleva a una mezcla de historias de mediados del siglo pasado, historias de los años ochenta. Historias de familias, chachas, negocios, que son la explicación lógica de el por qué de la muerte.
Personajes muy trabajados, con una personalidad dispar, incluso llegando al esperpento, llegando casi a ser del tipo de los que aparecen en las novelas de Eduardo Mendoza, del detective sin nombre.

En definitiva, una novela altamente recomendable. Apunto el nombre de Rafael Reig y "Lo que no está escrito" para futuras lecturas, que las próximas tres,  ¡ya las tengo comprometidas!

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